el blog de pedro alarcon
  • BLOG
  • SOBRE mi
  • CONTACTA

El Escritor Sin Libro - Capítulo 40

28/5/2017

Comentarios

 
Imagen
“¿Qué harías si volvieses atrás, qué harías si volvieses atrás otra vez?” – pregunté.

“¡Equivocarme! Equivocarme lo máximo posible y lo más rápido posible. Equivocarme lo mejor posible para que todo terminase lo antes posible” – respondió Coel rápidamente.

“Volvería a equivocarme, volvería a equivocarme de nuevo. Aunque creamos que no, equivocarnos nos produce un placer enorme, un extraño y peculiar placer que malinterpretamos, que no sabemos definir bien, que no sabemos especificar bien, que no sabemos detallar bien… por eso lo rehuimos, por eso lo evitamos, por eso intentamos esquivarlo a cada paso.
Es un placer sibarita que no entiende nuestra piel, que no entienden nuestros sentidos, que no entiende nuestro simple entender… Es un placer que nos traspasa, que nos cala, que nos infusiona y va mucho más profundo de lo que creemos. Va directo a ese último rincón donde se esconde nuestra verdadera esencia, allí esta lo recibe y comienza a reírse, a reírse sin parar y a carcajadas. Sonríe y se alegra porque sabe que si nos estamos equivocando es porque seguimos vivos, porque aún seguimos vivos, porque aún tenemos la posibilidad de todo, porque aún se puede, porque aún estamos ahí.

No equivocarse es estar muerto. Equivocarnos es la mejor pista para darnos cuenta de que seguimos vivos, y si seguimos vivos todavía se puede.

¡Equivocarme, volvería a equivocarme con todas las prisas que pudiese para poder empezar de nuevo a equivocarme otra vez, y si es posible otra, y otra…!” – terminó añadiendo Coel.

El tema volvía a tener tintes de ser un círculo en eterno movimiento del que, aunque no fuésemos conscientes, parecíamos no escapar. Aquello volvía a ser de nuevo el mismo tiovivo girando y girando, una y otra vez. Las preguntas que le había hecho parecían terminar donde empezaban, todo parecía terminar donde empezaba, una misma respuesta parecía valer para todo.

Mi vida en aquellos momentos no era muy distinta de aquellas respuestas que daba Coel, de aquellos enrevesados argumentos que esgrimía, de aquellos intrincados razonamientos y conclusiones a las que llegaba hilando palabras y más palabras. De alguna manera me sentía identificado con aquella situación, con todo lo que veníamos hablando, con aquel girar y girar, con aquel terminar tal y como empecé, con aquel dar vueltas sin moverme nunca del lugar donde estaba.

Sentía que había llegado a mi vida esa edad en la que los días ya no eran algo nuevo, sino el mismo día que se repetía una y otra vez. El mismo día que, aunque cambiasen algunos pequeños detalles, y cada día me viese en el espejo alguna nueva arruga o paso de la edad, era el mismo día sin nada nuevo bajo el sol.

Un buen día te despiertas, pones un pie en el suelo y ya no eres tan joven como ayer, como ayer justo en el momento de acostarte y dormirte. Aunque yo era joven, aunque todavía no me había hecho presa ninguno de los achaques que terminan llegando a nuestro cuerpo y a nuestra mente, a veces me paraba, a veces miraba atrás en mi vida y un enorme cansancio parecía apoderarse de mí. Era como si todo aquel girar y girar de la vida hubiese mareado a mi alma y esta se sintiese cansada. Cansada de cada paso dado, cansada de cada inicio, cansada de cada final.

Inicio y final, inicio y final… El tema volvía a tener tintes de ser un círculo en eterno movimiento del que, aunque no fuésemos conscientes, parecíamos no escapar.

Continuará...
Comentarios

    Categorías

    Todos
    Coaching
    Comienza Una Nueva Vida
    Cursos
    Dinero
    EESL
    Ejercicios
    Escritura Terapéutica
    Frases
    Gente Que Me Gusta
    Humor
    Inspiración
    Libros
    Mis Libros
    Motivación
    Preguntas
    Recomendaciones
    Reflexiones
    Supera Tu Problema
    Tapping
    Terapia De Pareja
    Tutoriales
    Vídeos

Con tecnología de Crea tu propio sitio web único con plantillas personalizables.
  • BLOG
  • SOBRE mi
  • CONTACTA