el blog de pedro alarcon
  • BLOG
  • SOBRE mi
  • CONTACTA

Te Echo de Menos...

24/5/2016

Comentarios

 
Imagen
Te conocí un buen día, sin elegirlo yo, y casi sin planearlo tú,  sin saber qué cara tendrías y sin tú saber qué cara tendría yo. Hoy te echo de menos.

Te echo de menos, lo sé, lo sé y
lo noto porque el vacío que siento a veces es más físico de lo que en principio suelen ser los vacíos, las nadas y las no-existencias… y crece tanto cada vez que te recuerdo que me quedo reducido a un pobre niño con miedo encogido en algún rincón de mi cuerpo detrás de la valiente piel que se ve.

Te echo de menos, y eso que hubo años en los que no nos hablamos. Te echo de menos, y eso que hubo situaciones en las que no nos miramos. Te echo de menos, ¡joder si te echo de menos!

Eres la persona a la que más he querido querer, y también has sido la persona a la que menos he podido querer. Debería decir, debería escribir algo más pero tan solo me sale el decirte que te echo de menos, que te echo de menos, que te echo de menos…

En la vida han habido dos personas a las que he tratado mal, a las que he tratado más mal que a nadie, una ha sido a mí mismo y la otra has sido tú por no haberte dado un abrazo a cada minuto, un beso a cada minuto, y haberte vuelto a abrazar a cada minuto… que era lo que te merecías, y lo más importante, que era lo que me pedía el corazón.

Te echo de menos. Echo de menos esas cosas que antes tanto me irritaban. Echo de menos tus manías, echo de menos tus cabezonerías, echo de menos cuando no me mirabas a la cara… Es curioso esto del sentir echar de menos, quién me iba a decir cuando tanto me enfadabas, cuando tanto te enfadaba, que lo que más nos echaríamos de menos serían las cosas que precisamente en ese momento nos separaban.

A veces me gustaría volver a llevarte la contraria, a decirte que estás equivocado,… eso significaría que te lo podría decir en persona. A veces me gustaría que me dieses consejos, que me dijeses cómo hacer las cosas,… eso significaría que te podría escuchar, que estás aquí.

Te conocí, sin planearlo, sin elegirte,… y te perdí un día, antes de que saliese el sol, también sin planearlo y sin elegirlo.

Te echo de menos, me duele, me duele el echarte de menos. No podría decirte dónde exactamente pero creo que debe ser muy muy cerca del alma porque me he roto brazos y piernas, porque me he caído, accidentado, resfriado, golpeado dedos, sacado muelas,… y no es en absoluto comparable a nada de eso.

Si me paro por unos momentos y me miro al espejo veo que tengo muchas más cosas tuyas de las que un día tuve. Si me paro por unos momentos y me miro al espejo siento que me gustaría tener muchas más cosas tuyas de las que ahora tengo.

Si me paro por unos momentos y miro dentro de mí veo que tengo muchas más cosas tuyas de las que un día no quise tener. Si me paro por unos momentos y miro dentro de mí siento que tengo tantas cosas tuyas que parece que no te hayas ido.

Te echo de menos, te echo de menos a escondidas cuando lloro al otro lado de la casa para que nadie me vea y luego voy al baño a echarme agua en los ojos para disimular, como si la tristeza y la pena fuesen solubles. Te echo de menos, te echo de menos rodeado de gente cuando sonrío sin ganas de sonreír y luego me aparto por un momento para preguntarme por qué tenemos que poner buena cara a nadie, por qué no podemos quedarnos encerrados en casa los próximos cien años hasta que se nos pase lo que sentimos.

Me enfada, me irrita, me corroe, me empacha mentalmente y me agota el pensar que hay que perder para valorar lo que se tenía, que hay dejar de ver a alguien para querer que esté a tu lado, que hay que equivocarse para ver que tenías la razón, ¡que tenías toda la razón!

Cada mañana me despierto con la sana intención de despedirte, de decirte adiós, de dejar de llorarte tanto como te estoy llorando. Y cada mañana me vuelvo a aferrar a tu recuerdo, aunque estos me cuesten demasiadas lágrimas, aunque me cuesten dolores de cabeza, aunque estos me cuesten caer agotado, aunque estos me cuesten ver el sin-sentido de todo lo que me rodea.

Por poético que pueda sonar, daría lo vivido por darte un abrazo y acortaría lo que todavía no he vivido para disfrutarlo contigo, a tu lado.

Si algo te quiero… debería dejarte marchar en paz, soltar el miedo a reconocer que ya no estás. Si algo me quiero… debería seguir con mi vida, retomando la última escena en la que tuve ilusión y brillo en los ojos.

Te echo de menos, te echo de menos tanto que no te lo sé ni explicar, tanto que no te lo sé ni describir. Quiero hablar sobre ello y cuando acudo al asunto parece escabullirse y perder sentido como un sueño a los pocos minutos de despertar.

No sé si te quiero o si no te quiero, no sé si estoy enfadado contigo o no, no sé si quiero volver a verte o no… no sé nada, solo sé que no sé nada, pero mientras lo averiguo, pero mientras lo aclaro, pero mientras lo concreto… por favor, estate aquí mi lado. Ya pactaremos cuánto tiempo, ya pactaremos el lugar, ya pactaremos las condiciones y clausulas, pero por favor, estate aquí a mi lado.

Me hubiese gustado ver la primera vez que me cogiste en brazos. Hoy te echo de menos.


Comentarios

    Categorías

    Todos
    Coaching
    Comienza Una Nueva Vida
    Cursos
    Dinero
    EESL
    Ejercicios
    Escritura Terapéutica
    Frases
    Gente Que Me Gusta
    Humor
    Inspiración
    Libros
    Mis Libros
    Motivación
    Preguntas
    Recomendaciones
    Reflexiones
    Supera Tu Problema
    Tapping
    Terapia De Pareja
    Tutoriales
    Vídeos

Con tecnología de Crea tu propio sitio web único con plantillas personalizables.
  • BLOG
  • SOBRE mi
  • CONTACTA